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Parte de la Fortuna en 
Cáncer en la Carta Natal
Eche un vistazo a Astrolink y comprenda qué representa Parte de la fortuna en Cáncer en su carta astral, cómo influye en su vida y úselo a su favor.
Modo luminoso
Parte de la Fortuna en Cáncer en la Carta Astral sugiere una mayor naturalidad en proteger la unidad familiar y en ser parte de ella, aunque no sea con la propia familia de sangre. Necesita dejar que el sentimiento fluya y permitirse sentir. Debe cultivar la bondad y experimentar la alegría de cuidar a los demás (y de ser cuidado).
La convivencia armónica con los seres queridos es fundamental para que este nativo mantenga un buen equilibrio emocional. Con esto se intensifica el instinto maternal/protector, acogiendo a todos los miembros de la familia de forma más natural. En ausencia de estructura y en el caso de lazos familiares desvirtuados, también puede haber un sentimiento de vacío y una eterna búsqueda de un lugar en el que pueda sentirse alguien más completo.
Si no se trabajan los problemas de las relaciones familiares, también podrá sentir una necesidad constante de complacer a los demás, aunque para eso tenga que suplantar su propia voluntad, ya que la necesidad de ser amado y aceptado puede convertirse en uno de sus principales objetivos.
Otro problema que puede desencadenar algunas situaciones cuando hay tensión en el posicionamiento es cuando el concepto que el nativo de la familia no corresponde al de su actual estructura familiar. Muchos sueñan con tener una familia como la de los anuncios de la televisión, pero sabemos que la realidad puede ser muy diferente. Sin embargo, el nativo puede anhelar que su familia tenga esta perfección.
También sugiere alegría en el acto de dar a luz, ya sea a un hijo, a un emprendimiento o a una idea. Cuidar a su núcleo, a su comunidad y alimentar a quienes lo rodean es algo que le puede brindar satisfacción y generar oportunidades interesantes.
Al llegar a la madurez, debe revisar temas relacionados con la seguridad emocional y la autoestima para que ya no dependa de la aceptación del otro y pase a valorar a sí mismo, vislumbrando una vida en la que el objetivo sea el amor propio, sin olvidar el altruismo y su lado afectuoso y protector.