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La Luna
Carta "La Luna" Crédito: Tarot Rider-Waite

XVIII La Luna

Esta carta tiene sus energías relacionadas con el signo de Cáncer

Esta carta tiene sus energías relacionadas con el signo de Piscis

Cuando La Luna aparece en una consulta, significa que es hora de seguir tu intuición. Indica secretos, misterios e ilusiones. Si tienes que tomar una decisión y no está seguro de qué camino tomar, escucha a tu corazón.

Esta carta está asociada con el signo de Piscis, que es igualmente intuitivo, pero también con el de Cáncer. A Piscis incluso le gusta reflexionar y meditar sobre las cosas y, a veces, nos encontramos en situaciones en las que solo se necesita una información para que la decisión sea la más acertada. Cuando La Luna aparece, sugiere que tus emociones y tu intuición deben prevalecer en la decisión final.

Sugiere que quizá estén sucediendo más cosas de las que no somos conscientes, por lo que, al igual que Piscis, lo mejor que podemos hacer es dar un paso atrás y sumergirnos en nuestro interior. Busca la intuición necesaria para ver la situación con más claridad, para descubrir qué falta, qué se oculta. Sin embargo, a la vez que los secretos pueden ser negativos, este Arcano Mayor puede tener una lectura positiva. Es como si la última pieza del rompecabezas aún no estuviera disponible, por lo que debe seguir tus instintos para encontrar las respuestas en el momento adecuado.

Un poco más sobre la carta La Luna...

La Luna es la carta del Tarot número 18 y suele representar algo oculto, escondido de nuestra percepción. También se refiere a nuestro conocimiento intuitivo y, aunque es una carta que simboliza la noche, con sus sombras y misterios, no necesariamente tiene una connotación sombría.

En esta carta, vemos una fuente de agua. De ella sale un camino, que simboliza el viaje que emprendemos en busca de la consciencia. El cangrejo (que simboliza el signo de Cáncer) que sale del agua representa el comienzo de la consciencia. A ambos lados del camino vemos un lobo y un perro, que simbolizan el lado salvaje y el lado domesticado de nuestra mente. La luz de la luna es tenue, incierta y solo ilumina débilmente nuestro camino mientras viajamos hacia algo superior.